Altea es un lugar que se vive con todos los sentidos. Su casco antiguo, sus callejuelas empedradas, su esencia bohemia… Pero si hay algo que realmente hace de este rincón del Mediterráneo un destino único, son sus vistas. Contemplar Altea desde lo alto es descubrir una nueva dimensión del pueblo, con el mar como telón de fondo y la arquitectura blanca reflejando la luz de cada atardecer. En este artículo, te llevamos por los miradores más especiales de Altea, aquellos que ofrecen panorámicas diferentes y que te harán ver el pueblo desde una nueva perspectiva.
1. El mirador de la Plaza de la Iglesia: el clásico que nunca falla
Si hay un mirador imprescindible en Altea, es el que se encuentra en la Plaza de la Iglesia. Desde aquí, la vista se despliega sobre los tejados blancos, el puerto y el mar que se funde con el horizonte. Es el punto de referencia de muchos visitantes y, sin duda, el más fotografiado. De día o de noche, el ambiente siempre tiene un aire especial, con músicos callejeros que acompañan la experiencia con melodías que se mezclan con la brisa marina.
2. El mirador del Portal Viejo: un rincón con historia
Menos concurrido pero con un encanto especial, este mirador se encuentra en una de las antiguas puertas de acceso a la villa fortificada de Altea. Desde aquí, la vista se enfoca en la bahía y en la sierra que rodea el pueblo, ofreciendo una panorámica más amplia y con menos interferencias urbanas. Es un lugar perfecto para una pausa tranquila, lejos del bullicio, donde se puede apreciar la esencia más auténtica de Altea.
3. El mirador de los Cronistas de España: una ventana al Mediterráneo
Este mirador es otro de los secretos mejor guardados de Altea. Su estructura de piedra y hierro enmarca perfectamente la vista al mar, creando una imagen digna de postal. Es especialmente recomendable al atardecer, cuando los tonos dorados tiñen el agua y la silueta de los barcos completa una estampa de ensueño.
4. El mirador del Faro del Albir: una excursión con recompensa
Aunque no está en el centro de Altea, el esfuerzo merece la pena. El sendero que lleva hasta el Faro del Albir es una de las rutas más populares de la zona, con vistas espectaculares en cada tramo. Desde el mirador del faro, la panorámica se extiende hasta la Serra Gelada y la línea de costa, ofreciendo una de las mejores vistas de la región. Es una opción perfecta para quienes disfrutan de una pequeña caminata con una gran recompensa visual.
Cada uno de estos miradores ofrece una visión única de Altea y sus alrededores. Desde los más céntricos hasta los que requieren un pequeño desvío, todos tienen en común la capacidad de sorprender y emocionar. Contemplar el mar desde estos rincones es una experiencia que se graba en la memoria y que permite descubrir la magia de Altea desde diferentes ángulos.
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