Vive la tradición de Moros y Cristianos junto al Mediterráneo
Altea se transforma en un escenario vivo de historia, música y emoción.

A orillas del mar y bajo la luz dorada de septiembre, Altea se transforma en un escenario vivo de historia, música y emoción. Cada año, durante el cuarto fin de semana de septiembre, esta joya de la Costa Blanca celebra sus fiestas en honor a San Blas y los Moros y Cristianos, una de las tradiciones más emblemáticas y esperadas del calendario alteano.

Las fiestas tendrán lugar el cuarto fin de semana de septiembre, y prometen, como siempre, una experiencia profundamente mediterránea, ideal para conectar con la esencia cultural de este emblemático destino.


La tradición revive: Fiestas Patronales y Moros y Cristianos

Como cada año desde 1979, durante los días de las Fiestas de Moros y Cristianos, la historia cobra vida en las calles de Altea. Al compás de las bandas de música y entre el aroma de la pólvora, se suceden diferentes actos entre los que destacan el pregón, embajadas, dianas, entradas moras y cristianas, espectaculares desfiles que recrean la conquista y la reconquista, con trajes majestuosos, coreografías elaboradas y una puesta en escena que deslumbra a visitantes y locales.

Uno de los momentos más esperados es la "Entrà de la Murta", cuando vecinos decoran las calles con hierbas aromáticas (especialmente mirto), flores y elementos naturales. Es una tradición que perfuma el pueblo y anuncia el inicio de las celebraciones con una belleza casi mágica.

También destacan las verbenas populares, los conciertos al aire libre, las mascletaes, que llenan de estruendo festivo la localidad, y otros actos de carácter religioso que crean una atmósfera única que no se puede explicar con palabras. El punto final lo pone una jornada marcada por la procesión del Cristo del Sagrario y los fuegos artificiales en el paseo marítimo.

Consejo práctico: para disfrutar de los desfiles con tranquilidad, busca un punto elevado en el casco antiguo o una terraza con vistas a las calles principales. Los actos suelen concentrarse entre las 18:00 y las 23:00 h, aunque conviene consultar el programa local actualizado para no perder detalle.


Cómo descubrir Altea entre actos festivos y cultura local

Más allá del bullicio de las celebraciones, septiembre en Altea invita a descubrir su alma más auténtica. Las calles del casco antiguo se engalanan con banderas, luces y decoraciones florales,el marco perfecto para perderse sin mapa.

Entre desfile y desfile, puedes visitar pequeñas exposiciones temporales de los museos locales como Aurum Altea, o sumergirte aún más en el encanto de la fiesta visitando el Museu Casal Fester.

Altea es, en esencia, un pueblo que respira arte y comunidad, y que ofrece al visitante mucho más que belleza paisajística: esta tierra es el perfecto equilibrio entre historia compartida y hospitalidad genuina.


Septiembre en Altea: otoño suave y autenticidad mediterránea

Cuando las fiestas terminan, Altea recupera su ritmo pausado, envuelta en una luz cálida y una temperatura ideal para descubrirla con calma. Las terrazas vuelven a llenarse de conversaciones tranquilas, los mercados artesanales se despliegan en la plaza, y las playas se disfrutan sin prisas, con el Mediterráneo más sereno como compañía.

Es el momento perfecto para saborear un arroz meloso frente al mar, descubrir galerías de arte escondidas, o simplemente sentarse en una plaza a contemplar la vida pasar.

Viajar a Altea en septiembre es abrazar lo mejor de dos mundos

: la energía viva de la tradición y la serenidad de una villa que sabe mantenerse fiel a sí misma. Una combinación perfecta para quienes buscan algo más que un destino turístico: una experiencia que se vive, se siente… y se recuerda.

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